Faltó la guinda
La Juventus necesitaba ganar sí o sí para mantener las esperanzas de entrar en los octavos de final de la Champions League. El recuerdo del Ali Sami Yen estuvo presente durante todo el día en Turín. Ese día nevó, y los de Conte no pudieron hacerse con la victoria en un partido que quedó para la historia del equipo italiano. Este martes no nevó, pero sí llovía y la pelota rodaba más de lo deseado. Allegri salió con un 4-3-1-2, con Vidal de mediapunta y Morata de titular. Sí, una defensa de cuatro, algo puesto a prueba muy pocas veces, pero que Massimo -y muchos aficionados- cree que para Europa es fundamental. Sin embargo, la Juve tocaba y tocaba, llegaba al área rival con bastante facilidad y los de Michel defendían en su área pequeña. Los tenían acorralados. Pirlo lanzó una falta como solo él sabe para adelantarse en el marcador, pero poco después Botía volvería a equilibrar el marcador. Al inicio de la segunda parte, los locales comenzaron más agresivos aún, y otra jugada aislada