Una temporada de transición

Todos los seguidores del Manchester United sabían que no sería fácil reponerse a la marcha de Sir Álex Ferguson, pero el equipo ilusionaba. Moyes era su sucesor, un entrenador que venía de hacerlo bastante bien en el Everton y que ahora se enfrentaba al reto más importante de su vida. El historial de entrenadores que triunfaron en equipos de segunda fila pero que no supieron hacer lo mismo cuando les tocaba dirigir a un grande es alargado, pero esto al de Glasgow no le importaba, sabía que tenía plantilla, tenía la confianza del club y de la afición y, además, Ferguson seguiría en el club, lo que hacia posible que ambos escoceses formasen un tándem realmente fuerte. Experiencia desde el palco, e ilusión desde el banquillo.

Pero las cosas se empezaron a torcer desde el inicio. Todos los posibles fichajes daban la negativa a los red devils, y solo Fellaini, un jugador que sería difícil de colocar en el esquema del 4-2-3-1 utilizado anteriormente por Fergie, aceptó marcharse con su ex-entrenador. Con este panorama afrontaba el Manchester una Premier que se preveía más disputada que nunca. Todos sus rivales directos habían hecho fichajes impresionantes, y el United debía de luchar con lo que tenía.

Se sabía que la zona de creación era muy floja. Todo pasaba por la labor de Rooney. El inglés tendría que olvidarse de superar sus cifras goleadoras anteriores y pasarse a una posición más atrasada, surtiendo balones a Van Persie y ambas bandas. No salió bien. Rooney claro que es un gran pasador, pero crear el juego de un Manchester United tricampeón de Europa es mucha tela.

Todo se complicó aún más con la lesión de van Persie. La irregularidad de Chicharito, la mala temporada de Fellaini, el poco rendimiento que está dando Kagawa desde su fichaje y la odisea que encontraba Moyes en las bandas conformaban un caldo de cultivo muy desfavorable para hacer un buen fútbol. Y ya no solo un buen fútbol, no era ni efectivo. Con la llegada de Mata parecía que había una pequeña esperanza de agarrarse a los puestos europeos, pero solo fue un espejismo. El tiempo límite para adaptarse al equipo no fue suficiente para un Juan Mata que, aunque no ha cuajado una excelente temporada, no hay nada que recriminarle.

Finalmente la temporada acabó con un histórico fuera de la Champions y la Uefa Europa League, ¿buena noticia de cara a la Premier League 2014/15? Para muchos sí, y me encuentro entre ellos. El Manchester United no puede volver a hacer el ridículo de la manera que lo ha hecho este año, es impensable, y la catástrofe sería épica.

Ahora la directiva tiene que reaccionar y evitar que esto ocurra. Parece que el mejor colocado para ocupar el puesto de técnico en el club, pero no solo en el banquillo habrá que rascarse el bolsillo. La posición de central con las salidas de Ferdinand y Vidic deben de ser reforzadas, el lateral izquierdo también, así como el puesto de mediocentro y, en el caso de que van Persie saliese vendido este verano, un delantero. Como veis, la revolución tiene que ser total.

Hasta ahora los nombres que más han sonado han sido Kroos, Luke Shaw y Koke. Ninguno debería ser despreciado por el United, pero haría falta algo más. Sin lugar a dudas, el United debe ponerse las pilas y dar un golpe encima de la mesa esta próxima temporada, comenzando por el mercado de fichajes y terminando en mayo, cuando se decida el título de liga.

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